por Mayra Viñalet Navarro
¿Qué hacer cuando descubres que, a tu lado, todos los días, tienes a una persona excepcional, a un ser genuino, abierto, franco, diferente? ¿Qué hacer cuando le miras y sientes que le amas infinitamente? ¿Y qué hacer cuando ese ser divino, alado, idealizado, te dice por las noches, al oído, con voz tenue y sincera, que te ama, que siente miedo cuando no estás cerca? ¿Cómo puedes ponerle, entonces, freno a esos deseos que te brotan de hablar de él, de sus cosas, de su mundo de sueños?
Entenderán pues, amigos, que de esos sentimientos que despierta en mí esa persona excepcional, brillante y única, no han de poder salvarse. Así que estoy aquí, ante ustedes, muerta de amor, y de deseos, para hablarles de mi Marcelo.
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